jueves, 26 de abril de 2007

INSEMINACIÓN

En los animales:

La inseminación artificial ha tenido una gran importancia en el mejoramiento genético de los animales, especialmente en el ganado bovino donde su práctica es un requisito indispensable para acceder a animales de altas producciones en un corto período de tiempo y así poder ser competitivo en un mercado tan estrecho.
En los peces, la base de la producción en completo cautiverio es la inseminación artificial, siendo una práctica obligada para obtener óvulos fecundados.
Sus principales ventajas son:
- Mejor aprovechamiento del macho: por ejemplo un toro en monta natural deposita en la hembra todo el semen producido en una eyaculación, en cambio con inseminación artificial ese semen puede ser diluido y alcanzar para 1.400 vacas y también congelarse y preservarse en el tiempo.
- Mejoramiento genético más rápido.
- En general es más económico que tener un macho de monta libre.
- Evita la transmisión de enfermedades venéreas.
- Aumenta la fertilidad del rebaño por ser más controlada que la monta natural.
- Permite usar machos con excelentes características pero con algún problema físico no hereditario (quiebre o daños en extremidades, ciegos, etc.).
- Uso de machos a grandes distancias mediante semen congelado.
Para realizar una inseminación artificial lo primero que hay que hacer es recolectar el semen del macho.
La colección del semen se puede realizar mediante:
a) Electroeyaculación: aplicable a toros y carneros. b) Manual: utilizado en cerdos, aves y peces. c) Vagina artificial: es el más práctico y el que da mejores resultados. Consiste en un tubo rígido con una manga de goma que se llena con agua tibia (40º) a fin de simular la temperatura corporal.

El semen colectado es sometido a un completo examen de viabilidad. La inseminación se puede realizar con semen fresco, utilizado inmediatamente después de la extracción (pavos, gansos y cerdos) o congelado (vacas), lo cual permite usarlo mucho tiempo después de obtenido y ser transportado largas distancias.

Generalmente el semen es comprado por el productor a empresas especialistas en su venta, éstas lo comercializan por medio de catálogos mostrando las características del toro.
En vacas, para utilizar el semen congelado, éste debe ser descongelado en agua a 35ºC por 20 a 30 segundos, para llevarlo a temperatura corporal. Este proceso debe realizarse rápidamente a fin de evitar la reorganización de cristales de agua en el interior de los espermios, lo que provocaría la ruptura de membranas y muerte de éstos. Una vez descongelado el semen, la pajuela que lo contiene debe introducirse en la vagina de la hembra en un tiempo máximo de 2 minutos.



En el hombre:

En humanos, la inseminación artificial es usada mayormente en casos de infertilidad; donde el semen del esposo (inseminación artificial por esposo, AIH) o por un donador de semen (inseminación artificial por donante, AID) pueden ser usados. Anteriormente, una popular forma de AI era utilizada, la llamada AIC, en el cual es semen del marido y de un donante era mezclados. La ventaja de esto era que no necesariamente el esposo debía ser el padre del niño. Esto era importante en un tiempo donde la inseminación artificial era considerada inmoral y equivalente al adulterio, con el resultado que el hijo era considerado ilegítimo y no tenía derecho a herencias. Con la aceptación de la inseminación artificial, este método perdió popularidad.
En la forma más simple, el ciclo menstrual de la mujer era observado cuidadosamente y justo cuando un óvulo era liberado, el semen era puesto en su vagina. Si el procedimiento era exitoso, ella concebía y daba a luz a un bebé normal y teniendo los mismos genes de la madre.
También existen procedimiento más complicados y que son usados en distintos casos, por ejemplo, un procedimiento mete los espermios directamente al útero, con lo que las probabilidades de un embarazo eran mayores.

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